lunes, 19 de noviembre de 2012

La Seguridad para las personas en duelo






LA IMPORTANCIA DE BRINDAR UN ESPACIO SEGURO 
PARA LAS PERSONAS EN DUELO




La principal necesidad que tienen las personas en duelo es la de SENTIRSE SEGUROS  al compartir un espacio tan íntimo de su vivencia personal.


Las personas que acompañamos a personas que han sufrido la perdida de un ser querido o algún otro evento de gran complejidad a nivel emocional debemos de tener en cuenta algunas reglas básicas para poder ofrecer ese espacio de seguridad y que nuestros pacientes no abandonen el tratamiento y logren conseguir buenos resultados.


Factores a tomar en cuenta:


Especialización.

Al día de hoy, ya no es una excusa la falta de programas con el fin de especializarse. Acompañar a pacientes de forma voluntaria, a sus familiares o desarrollar grupos de ayuda mutua para casos de poca complejidad puede darse como resultado de un pequeño curso o diplomado de formación. Sin embargo el manejo de grupos específicos de casos en riesgo o de terapia (no consejería) para casos de duelo complicado requiere un nivel de especialización mucho mayor, psicoterapeutas especializados deben estar a cargo de este tipo de servicios. Al día de hoy en varios países de habla hispana como México, Perú y España existen programas de formación (postgrados) que tienen como base no tan solo un marco terapéutico específico sino que además trabajan desde una marco clínico y científico apropiado.

Temporalidad

Una intervención debe de utilizarse en el momento adecuado para el cliente adecuado. “Seek the right intervention in the right moment” comenta el reconocido psicoterapeuta Bob Neimeyer, lo cual refuerza Alba Payás (terapeuta más emblemática de la psicoterapia de duelo en España) “la terapia de duelo no es café para todos” explicando en su programa de formación sobre la importancia de intervenir de forma apropiada respetando el momento en el que se encuentra el doliente en su proceso.

El uso de cartas terapéuticas, de la silla vacía o de otras técnicas que pueden ser utilizadas en el proceso de duelo está sobre explotado entre los terapeutas que al día de hoy intervienen en dichos casos. Éste, aunque no lo pareciera, es uno de los motivos más importantes de deserción y/o falta de resultados positivos en el proceso terapéutico por utilizarse en un momento inadecuado. Estas intervenciones pueden ayudar EN algunos, sin embargo no son ni necesarias, ni utilizables con cada uno de nuestros pacientes.

Trabajo personal

Un terapeuta de duelo no es solamente una persona que vivió y aprendió de una pérdida, es una persona que a lo largo de los años ha “revisitado” psicológicamente su historia de pérdidas, ha trabajado lo necesario sus necesidades relacionales y reconocido su estilo de vinculación, es un profesional que ha desarrollado un estilo personal de trabajo basado en sus características personales y su marco terapéutico.

Es como debe de serlo cualquier terapeuta una persona responsable por su bienestar personal que además de recibir supervisión por parte de otro profesional, recibe también de forma constante apoyo terapéutico.



No juicio

La forma de vivir el duelo de cada persona es el resultado de muchos factores, tanto de cómo sucedió la muerte, como las características de personalidad, etc. Nadie, absolutamente nadie vivirá un duelo de la misma forma. No juzgar y respetar la forma en que una persona responde ante la pérdida de alguien o algo  realmente significativo es de máxima importancia para que la persona sienta que está siendo acompañada de la forma que lo necesita. Si una persona se siente juzgada, se retraerá y no compartirá su sentir y todo aquello que durante el proceso de su duelo pueda estar viviendo y en este sentido entendiendo el duelo como el resultado de la pérdida de una relación, no será posible recolocar el vínculo con lo perdido, ni integrar todo aquello que a nivel emocional, cognitivo, somático y espiritual conlleva la pérdida.

El duelo es relación, el duelo necesita que alguien más esté con nosotros para compartir, para proteger y para acompañar. Así, en este contexto de SEGURIDAD (que en muchas ocasiones la propia familia o amigos brindan) cualquier persona será capaz de hacer frente a su dolor, podrá compartir y con esto encontrar el camino para hacer frente a la situación vivida…


Finalmente comentar que en países como México y algunos otros de América Latina la necesidad de profesionalizar es enorme, luchemos para que cada día la psicología, el trabajo social, la enfermería y algunas otras profesiones que intervienen en el bienestar psicológico y físico de nuestra sociedad reciban el reconocimiento que merecen. Para esto hemos de luchar cada día de forma constante y aguerrida para llevar a cabo nuestro trabajo con más disciplina y dentro de un contexto mejor.  

Gracias por leer este artículo. Agradecería tus comentarios y si te fue de ayuda lo compartas con personas a quienes pueda interesarles o beneficiarles.



“La gente mira las cosas y pregunta: ¿Por qué?
Yo prefiero ver las cosas como podrían ser y preguntar:
¿Por qué no?”  
                                                                                          adaptado de G.B. Shaw.



Adrián Chaurand.




jueves, 27 de septiembre de 2012

DESMITIFICANDO EL TÉRMINO "TANATOLOGIA"

El término "Tanatología" refiere al acompañamiento, el apoyo, el estudio y la preparación en temas relacionados con los momentos previos y posteriores de la muerte de una persona. Esto engloba el final de la vida y el proceso de duelo, no solo en relación a la persona que ha enfermado o fallecido, si no también a las personas relacionadas con dicha persona, familiares, amigos, profesionales, etc.

Hago énfasis en esto pues en algunos países sobre todo de habla hispana el término se ha desvirtuado ampliándolo al trabajo con cualquier pérdida y dando lugar a términos como la tanatología sexual o tanatología del trabajo, esto no hace otra cosa que complicar el entendimiento del apoyo que profesionales de este ámbito pueden brindar, así como la búsqueda de ayuda para las personas que lo requieren.

Con esto no quiero decir que una persona formada en tanatología o temas de duelo no sea capaz de abordar problemáticas relacionadas con otro tipo de pérdidas, por el contrario, creo que somos personas realmente capacitadas para trabajarlas con nuestros usuarios o pacientes, sin embargo existen también otros especialistas (psicoterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, coachs, etc. ) que dependiendo de sus especialidades pueden ser capaces de acompañar y brindar apoyo ante diversas pérdidas o crisis vitales.

Me parece que cada profesional debe de colaborar para que las áreas de intervención en salud y de apoyo social puedan darse a conocer a las personas en general de la mejor manera posible, de una forma comprensible y accesible a todo nivel de educación y conocimiento y en base a sus respectivas posibilidades y limitaciones. El buen uso de la terminología en el trabajo científico y profesional es una de las claves para poder desempeñar un trabajo de calidad.

Como conclusión, el término tanatología fue acuñado hace ya más de 100 años (Metchnikoff, 1901)  y al día de hoy me parece necesario respetar sus límites y darle el uso adecuado.

Comparto dos enlaces de importantes sociedades de tanatología, uno en inglés (Association for death education and counselling) y otro en español (Sociedad Española e internacional de tanatología) que explican el término.


http://tanatologia.org/seit/

 http://www.adec.org/Certified_in_Thanatology/3608.htm



Un ejemplo de psicoterapia focalizada en pérdidas y crisis vitales es la psicoterapia interpersonal, la cual ha demostrado tener excelente resultados y que al día de hoy esta siendo investigada de forma integrada con la terapia cognitivo conductual del TEPT para tratar el duelo complicado.
http://www.complicatedgrief.org/
Un ejemplo de psicoterapia para la pérdida, el duelo de riesgo y complicado es la psicoterapia integrativo relacional (Payás, 2010).        
 ww.ipir-duelo.com



Referencias:
Metchnikoff, E. (1901). l´Immunité. París: Masson & Co. 
Payás, A. (2010). Las tareas del duelo. Barcelona: Paidós.

martes, 4 de septiembre de 2012

ENTENDIENDO LA PÉRDIDA DESDE LA PERSPECTIVA DE UN NIÑO O ADOLESCENTE.


    Para muchos niños y jóvenes la muerte de un padre o madre, cuidadora, hermano o abuelo es una experiencia a la que se enfrentan a una edad temprana. A veces se da por supuesto incorrectamente que un niño o joven que está afligido por la muerte de alguien cercano a una edad temprana no se verá muy afectado, ya que son demasiado jóvenes para entender todas las implicaciones de la muerte. Esto es un error y no les ayuda. Incluso los bebés son capaces de experimentar pérdidas. Un bebé no puede procesar cognitivamente las consecuencias de la pérdida, pero eso no quiere decir que no siente la_pérdida.

   Los niños y los jóvenes deben tener la oportunidad de hacer el duelo como cualquier adulto lo haría.
Es importante alentarles a hablar sobre como se sienten si expresan malestar o sentimientos de tristeza, aflicción, enfado , etc. Sin embargo es igual de importante respetar su decisión si ésta es la de no compartir sus emociones, no hablar del ser querido, distraerse, etc., o como muchos adultos lo harían realizar actividades que le mantengan distraído.  Deben de sentirse respetados y no juzgados por su propia manera de llevar la situación. La diferencia entre el duelo en los niños y jóvenes del de los adultos radica en que la comprensión y el afrontamiento de la pérdida en una edad temprana puede ir modificándose a medida que los pequeños se desarrollan.  

   Los niños y los jóvenes suelen “revisitar” o revisar sus emociones, sentimientos y todo lo sucedido en relación con la muerte y con su duelo mientras se mueven a través de sus etapas de desarrollo. Los niños y los jóvenes no tienen la capacidad emocional para centrarse en su dolor por períodos largos de tiempo y por lo tanto no es raro que los niños afligidos y los jóvenes puedan distraerse con juegos y otras actividades. Este es un mecanismo protector que permite al niño o joven a ser temporalmente desviado del duelo.

   Es importante recordar que los niños y los jóvenes enfrentan la pérdida de diferentes maneras. El duelo es único y por lo tanto no es prudente suponer que todos los niños y jóvenes experimentan las mismas emociones, presentan las mismas conductas o responden de manera similar a otros niños o jóvenes.

   Los niños y jóvenes en duelo necesitan tiempo para comprender e integrar lo vivido, para ello es muy importante que cuenten con los hechos relativos a la muerte en un lenguaje apropiado para su edad y nivel de comprensión. Deben evitarse el uso de metáforas para la muerte, como: "Papá se ha ido a dormir", esto por ejemplo podría  hacer que el niño crea que papá va a venir de nuevo a el y siempre podrá preguntar cuándo va a despertar. Del mismo modo que el niño puede desarrollar problemas con la hora de dormir y no querer dormir por temor a no despertar.

   Es comprensible que muchos padres o familiares se resistan a hablar acerca de la muerte, ya que no quieren causar angustia o miedo, o que otros quieran presionarles a expresar sus emociones por que son ellos (los padres) los que tienen miedo de que el pequeño "se las quede dentro" y le afecte. Ni una ni otra son adecuadas, son ellos los pequeños los que saben lo que necesitan y cuando lo necesitan, mejor preguntar.

Los niños y los jóvenes que están afligidos necesitan saber que su ser querido ha muerto, cómo murió y dónde está ahora. El no ser honesto con el niño o joven en duelo significa que su dolor no está siendo reconocido y esto puede causar problemas en el futuro.

   Si el niño o joven desconsolado quiere hacer preguntas sobre la muerte y lo que significa morir, debemos contestar con la verdad, y si no se sabe la respuesta a una pregunta específica no debemos caer en la tentación de ignorar o de inventar una respuesta. Es necesario responder con la verdad, decir que no sabe realmente la respuesta o que usted también se informará y le compartirá lo que le hayan dicho (de ser el caso) o que probablemente juntos podrían buscarla.


Puntos clave para recordar:

Los bebés pueden experimentar sentimientos de pérdida.
Sea honesto con el niño o joven doliente.
Evite el uso de metáforas para la muerte.
Toda persona en duelo infantil y juvenil es única.
Anime al niño o joven a hablar de la muerte y de cómo se siente.    
Los niños y los jóvenes pueden "revisar" la muerte y examinar sus sentimientos sobre    la pérdida a medida que se desarrollan.
Use un lenguaje que sea apropiado para la edad del niño o joven y su nivel de comprensión.

jueves, 30 de agosto de 2012

TIPOS DE INTERVENCION EN PROCESOS DE DUELO


Es necesario que no solo las personas en duelo, si no también algunos profesionales de la salud así como la población en general conozcan un poco sobre el apoyo que se puede ofrecer y recibir tras haber sufrido la muerte de un ser querido, es importante pues cualquiera de nosotros en algún momento de nuestra vida podríamos beneficiarnos de este tipo de ayuda.

Ante el duelo por la muerte de un ser querido existen 3 tipos de intervenciones (Schut, et al. 2001):

Las primarias, abiertas para todo aquel que haya sufrido una pérdida reciente o que el suceso de esta pérdida se sepa próximo,  para dolientes en procesos de duelo agudo (Shear, 2011) o duelo normal (ejemplos de esto serían los grupos de autoayuda, el acompañamiento por parte de profesionales o voluntarios, y los medios informáticos –redes sociales- webpages- etc).

Las secundarias, aquellas dirigidas a personas que presentan algún factor que pudiera indicar una posible complicación en el proceso (duelo de riesgo) y que requieren el apoyo de un profesional, psicólogo y/o tanatólogo (profesionales de la salud que conozcan sobre la atención durante la pérdida y procesos de counselling),  por ejemplo grupos de psicoterapia o programas dirigidos a personas que hayan perdido a un ser querido por suicidio, padres de hijos fallecidos tras una enfermedad crónico degenerativa, padres con pérdidas perinatales, etc.  

Las terciarias, intervenciones dirigidas a personas que presentan complicaciones en su proceso de duelo, que requieren un tratamiento psicofarmacológico y/o psicoterapéutico específico.

Para tratar un Duelo Complicado (Shear et al., 2011) o un duelo que presenta algún otro trastorno asociado como pudieran ser la depresión mayor, algún trastorno de la conducta alimentaria o alguno de los distintos trastornos de ansiedad es necesario que el tratamiento sea dado por un profesional certificado  con amplia formación en el ámbito de la psicoterapia de duelo, no solo con nociones de tanatología o de pequeñas formaciones en psicoterapia. Es necesario que los profesionales seamos concientes de nuestras limitaciones y sepamos que existen tratamientos específicos para una persona que cumple con este diagnóstico, y que ésta puede verse afectada en lugar de ayudada si tan solo se le atiende desde la buena intención y no con el debido tratamiento profesional.


Ejemplos de intervenciones 3arias, links y sus principales exponentes:

Psicoterapia integrativo relacional para el duelo, la pérdida y el trauma (Alba Payás) www.ipir-duelo.com
Psicoterapia interpersonal ante el duelo complicado (Katherine Shear) http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=200995
Psicoterapia cognitivo conductual para el duelo complicado (Paul Boelen)  http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02682620808657717
Psicoterapia constructivista de reconstrucción del significado (Robert Neimeyer).

Links para páginas web de información y/o intervenciones primarias:


Una opción de certificación Internacional en Tanatología:

ADEC. Association for death education. The Thanatology association.

Certification in tanathology.
Fellow in tanathology.